El uso de indicadores agregados: Spandam como alternativa a la escasez de datos.

El uso de indicadores agregados: Spandam como alternativa a la escasez de datos.

datos de indicadores agregados salen de una tablet con una mano

Estamos muy acostumbrados a escuchar hablar de indicadores en diversos contextos: científicos, políticos, empresariales, etc. Pero ¿qué son exactamente?

Desde un punto de vista estadístico podemos definir los indicadores simplemente como medidas que facilitan la observación de fenómenos de manera sencilla y resumida. Si bien parece algo bastante simple, las posibilidades que nos brindan los indicadores son muy numerosas: organismos como la OCDE promueven su uso en cuanto que permiten monitorizar fenómenos, identificar tendencias, hacer comparaciones entre territorios y/o períodos, evaluar medidas, y detectar qué aspectos deben ser abordados de manera prioritaria, guiando así la toma de decisiones.

De hecho, los indicadores son especialmente útiles en contextos en los que trabajamos con fenómenos que no son directamente observables, los cuales tienen diversos matices y dimensiones, como es el caso del atractivo territorial. En estos casos ninguna variable individual tiene la capacidad de reflejar por sí misma la complejidad del fenómeno bajo estudio, pues, por ejemplo, si bien la edad media de un territorio es sin duda un indicador de su estructura demográfica, ese dato es insuficiente para comprender de manera completa la situación real de dicho territorio.

Indicadores agregados para análisis complejos

Por lo tanto, resulta evidente que el análisis de fenómenos complejos requiere el empleo de varias variables, pero cuando éstas son muy numerosas resulta muy complicado analizarlas una a una sin perder la visión en conjunto. Es aquí donde entran en juego los indicadores agregados: este tipo de medidas se obtienen combinando varios indicadores individuales referidos a diferentes aspectos y dimensiones del fenómeno estudiado, de manera que permiten resumirlo en un único dato. Por lo tanto, al analizar el atractivo territorial, no tenemos por qué ir analizando las variables subyacentes una a una (ej.: renta, cobertura de internet, distancia a una farmacia, etc.), sino que podemos trabajar directamente con una medida que las combine a todas ellas.

Sin embargo, no todo es tan sencillo como parece. Si los indicadores nos brindan tantas posibilidades, ¿qué nos impide trabajar con ellos más a menudo? La respuesta es breve: la escasez de datos adecuados. Aunque la cantidad de datos que se producen hoy en día es enorme, la realidad es que son muy pocos los que suelen responder a nuestras necesidades a la hora de explorar un fenómeno

Esto es especialmente palpable cuando trabajamos con niveles territoriales relativamente reducidos, como los municipios, ya que a pesar de ser en el nivel municipal en el que suceden muchas de las dinámicas que nos interesan a la hora de abordar la cuestión demográfica, el secreto estadístico limita mucho nuestro acceso a ese tipo de información. Así, es muy común que cuando queremos trabajar a nivel municipal nos encontremos con serias restricciones para encontrar datos para los municipios menores de mil habitantes, los cuales de hecho constituyen más de la mitad de los municipios españoles.

La relevancia de SPANDAM

Es precisamente esto lo que hace que proyectos como SPANDAM adquieran tanta relevancia a la hora de abordar la cuestión demográfica, ya que llevan detrás un trabajo exhaustivo de selección y limpieza de datos, contando además con acceso a fuentes de información que no son públicas para la ciudadanía, o que requieren un desembolso que no todas las corporaciones locales pueden asumir. En este punto ha resultado clave la participación del Centro de Estudios Demográficos como socio del proyecto, ya que ello ha permitido incorporar en la herramienta variables que no son de acceso abierto y/o que requieren de cálculos sofisticados, como por ejemplo los datos de tiempos de acceso a diversos servicios y recursos.

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